Operación policial desmantela red de tráfico de drogas en Badajoz
La Policía Nacional ha detenido en Badajoz a cuatro hombres y dos mujeres de entre 27 y 43 años por tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico, ya que cultivaban 657 plantas de marihuana en el interior de seis viviendas. La investigación comenzó a raíz de diversas quejas vecinales de la zona de Santa Engracia y Gurugú. Durante meses, recabaron la información de los domicilios en los que podrían encontrarse estas plantaciones, una labor complicada debido a la distribución de las calles.
Colaboración entre unidades policiales y empresa eléctrica revela actividades ilegales
Las autoridades policiales, en colaboración con otras unidades de la Jefatura Superior de Policía como Seguridad Ciudadana y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), desplegaron dispositivos de vigilancia para recabar pruebas sobre las actividades ilegales de los sospechosos. Además, se contó con el apoyo de medios aéreos para obtener una visión panorámica de las viviendas investigadas.
Impacto de las plantaciones ilegales en la comunidad y el suministro eléctrico
Además del tráfico de drogas, los detenidos también se enfrentan a cargos por defraudación de fluido eléctrico. La empresa encargada del mantenimiento de la instalación eléctrica de la zona colaboró estrechamente con las autoridades, confirmando la existencia de acometidas fraudulentas en las viviendas implicadas. Estas conexiones ilegales no solo representan un peligro para la seguridad pública, sino que también causan graves problemas a los vecinos de la zona.
Las plantaciones de marihuana en el interior de viviendas, naves o espacios cerrados no solo constituyen un delito grave, sino que también tienen consecuencias negativas para la comunidad. Los fuertes olores que emanan de estas instalaciones pueden afectar la calidad de vida de los residentes locales, además de generar molestias y preocupaciones por cuestiones de seguridad.
Por otro lado, el robo de electricidad mediante conexiones fraudulentas representa un riesgo adicional. Estas prácticas no solo son ilegales, sino que también pueden provocar cortes de energía repentinos, sobrecargas en las líneas eléctricas y, en casos extremos, incendios.
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