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La ONU obliga a cerrar la escuela taurina de Badajoz

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Fundación Franz Weber pide ‘liquidar’ la estructura por su nulo interés pedagógico y social 

 El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas pidió a España alejar a menores de edad de la tauromaquia en 2018

 El organismo provincial no informa de forma transparente sobre el coste público de mantener esta pseudoeducación 

La Fundación Franz Weber ha demandado esta mañana el cierre de la escuela taurina dependiente de la Diputación Provincial de Badajoz para dar cumplimiento a una recomendación realizada por el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas en 2018.

En sus observaciones finales el órgano de especialistas en protección y derechos de la infancia y la adolescencia solicitó a España “alejar” a los menores de edad de la tauromaquia, incluyendo su participación directa en este tipo de recintos o como personas espectadoras.

FFW señala que los menores, con tan solo 14 años, pueden participar en las llamadas “clases prácticas”, donde según la normativa extremeña ejercen la tortura de bóvidos “machos hasta dos años de edad o bien hembras sin limitación de edad”, lo que los integra ya en un circuito donde se justifica el maltrato animal con un presunto interés tradicional o cultural.

Para los naturalistas resulta preocupante el uso que hace la Diputación de Badajoz de los recursos públicos, promoviendo que chavales puedan maltratar animales y exponerse a riesgos de carácter médico-sanitario para perpetuar una actividad que recibe un importante rechazo de la ciudadanía.

Además, como formación no reglada tampoco ofrece una salida profesional real ni digna, sabiendo que existen numerosos ciclos formativos homologados en diferentes ramas que ofrecerían un empleo digno, no el de matar novillos o toros en plazas.

Aprender a normalizar la violencia hacia los animales.

En estas convocatorias los “alumnos” pueden crean y ven las heridas provocadas sobre el bóvido, comportamientos y gestos asociados a un evidente sufrimiento y la muerte violenta de los mismos.

Además, los naturalistas explican que la participación va acompañada de comentarios que refuerzan de forma positiva todo lo que se produce en la plaza y que personas menores de edad pueden asumir como normal y positivo, contribuyendo a la banalización de la violencia contra animales.


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